“El arte de la guerra” de Sun Tzu, datado en el siglo quinto a. C. , es el primer libro conocido de estrategia militar y sus conclusiones son aplicadas hoy en día al mundo de los negocios y el entrenamiento corporativo. En esta entrada os presento algunas aplicaciones de este milenario escrito para una concepción integral del deporte y el rendimiento.
*En cursiva, cinco de los preceptos de Sun Tzu que se encuentran en el libro
El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca.
En el deporte de competición, las apariencias pueden ser trabajadas mediante el lenguaje no verbal. Un buen competidor debe de mostrarse firme e invariable sea cual sea su estado anímico o físico. Especialmente en los deportes de duelo individual, como el tenis, el deportista no debe mostrarse irritable ante el fracaso al perder un punto o abatido cuando sus fuerzas empiecen a flaquear. El engaño al que Sun Tzu se refiere, en el deporte se aplica a camuflar nuestras emociones y debilidades en los momentos mas comprometidos de la competición. Proyectando una imagen segura, firme e invariable la auto-confianza del deportista también se verá reforzada.
Lo más importante es la victoria y no la persistencia. Esta última no es beneficiosa. Un ejército es como el fuego: si no lo apagas, se consumirá por sí mismo.
El descanso entrena. En la planificación deportiva, los periodos de descanso y los procesos regenerativos son necesarios para asegurar el rendimiento óptimo en el momento deseado. La relación entre horas de práctica y éxito no es directamente proporcional; parafraseando a Sun Tzu la persistencia no asegura la victoria. El entrenamiento invisible, como el descanso, la alimentación y la des-conexión mantendrán el fuego apagado para que arda con mas fuerza en el momento de la batalla.
Cuando las órdenes se dan de manera clara, sencilla y consecuente a las tropas, éstas las aceptan. Cuando las órdenes son confusas, contradictorias y cambiantes las tropas no las aceptan o no las entienden. Cuando las órdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes, existe una satisfacción recíproca entre el líder y el grupo.
Ésta haría referencia a educadores, entrenadores, líderes o capitanes. Una comunicación efectiva es aquella que genera confianza, respeto y motivación. Para liderar de manera efectiva un grupo es necesario adaptar el lenguaje a las características de los deportistas, escoger un mensaje claro y directo y transmitir seguridad usando un tono firme . La satisfacción recíproca entre líder y el grupo propiciará el ambiente adecuado para el aprendizaje, el rendimiento y el éxito.
Prohíbe los augurios para evitar las dudas
Existen augurios en forma de creencias y prejuicios en la mente de muchos deportistas que actúan de manera limitadora. Es el caso de pensamientos del tipo “es imposible ganar ese partido”, “no podemos perder”, “por mucho que me esfuerce nunca seré el mejor”. Hay que tratar de combatir dichas creencias y relativizar la competición: en deporte todo es posible y podemos perder y ganar sea cual sea el adversario; augurar que no puedo vencer me restará la ambición necesaria para hacerlo y augurar que no puedo perder aumentará la ansiedad, la presión y endurecerá los fracasos. Debemos hacer un esfuerzo por centrarnos en el alma de la acción (jugar, saltar, correr, lanzar, golpear...) y neutralizar ese tipo de augurios irracionales, los cuales limitan nuestro rendimiento.
Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
Es importante conocer a fondo cuales son nuestras fortalezas para potenciarlas y nuestras debilidades para mejorarlas, de la misma manera conocer las fortalezas del rival para neutralizarlas y sus debilidades para atacarlas.
grandes frases, gran libro y muy bien comentadas!!
ResponEliminamuy acertadas estas frases para empezar!!
animo miki con el blog!
Siempre me ha llamado la atención la idea del deporte como sublimación de una actividad marcial. Muy interesante la entrada. La verdad es que deberíamos prestar más atención al pensamiento oriental.
ResponEliminaEsperando las siguientes entradas!
A mi a l'art de la guerra el que més em va agradar va ser la frase: Si deixes que el teu enemic es pugui rendir, ho farà a tant aviat com es vegi amb possiblitats de ser derrotat i guanyaràs amb facilitat, si l'obligues a lluitar fins a la mort, aleshores hauràs de dur a terme una batalla sangnant. No et sembla que l'entorn mediàtic del Madrid genera precisament aquesta idea sobre els jugadors del barça? I no creus que l'entorn mediàtic del barça, normalemnt més cautelós, apaivaga una i altra vegada els ànims assassins del Madrid?
ResponEliminaÉs ETA un club de bitlles?
Ja saps qui sóc, no firmo que després busquen el meu nom al google i em foten a la presó.
Pel comentari de dalt, dir que jo crec totalment el contrari. Els dos equips es retroalimenten entre sí per millorar a través de la competència directa. Qui deixa rendir a l'altre és el que està en superioritat, i en aquest cas el Madrid no la té. El que no ha donat senyals de voler-se rendir és el Madrid, que tot i perdre "sistemàticament" no s'ha deixat anar i està disposat a anar a totes.
ResponEliminaBon blog, millor persona.
Uri.
En el tenis de mesa los chinos dicen que hay que desconcertar al oponente: si estoy fuerte me hago el débil, con ello el rival se tensa porque "tiene" que ganarme y se va a encontrar con un adversario poderoso. Si estoy débil y me hago el fuerte, el rival no percibirá fácilmente que no estoy en mi mejor momento.
ResponEliminaEsta estrategia, obviamente, tiene que variarse. A veces vas a mostrar ser fuerte cuando realmente lo estás, en fin, lo importante es que para el rival no sea fácil interpretarnos.
Atte.,
Nacho
En el tenis de mesa los chinos dicen que hay que desconcertar al oponente: si estoy fuerte me hago el débil, con ello el rival se tensa porque "tiene" que ganarme y se va a encontrar con un adversario poderoso. Si estoy débil y me hago el fuerte, el rival no percibirá fácilmente que no estoy en mi mejor momento.
ResponEliminaEsta estrategia, obviamente, tiene que variarse. A veces vas a mostrar ser fuerte cuando realmente lo estás, en fin, lo importante es que para el rival no sea fácil interpretarnos.
Atte.,
Nacho
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