Si hablamos de los componentes fundamentales del tenis (y de muchos otros deportes), nos saldrán la técnica, la táctica, la mentalidad y el físico. Lo cierto es que para una comprensión global y integral del deporte, dichos componentes se entrelazan y complementan hasta a veces confundirse, siendo a veces la clásica distinción en las cuatro porciones una pequeña trampa.
En este artículo hablaré de la táctica. Lo táctico, en el tenis, indica la inteligencia del jugador, la comprensión de las situaciones y nos expresa su personalidad tenística, la identidad, su ADN. El proceso táctico implica la percepción de la situación, la decisión de la mejor opción, la ejecución de la acción y la posterior retroalimentación; es por tanto una habilidad muy mental, ya que intervienen mayoritariamente procesos cognitivos. En otras palabras, el proceso táctico es : ¿qué quiero hacer con esa bola y para qué? ¿Cómo lo hago? Y una vez hecho, ¿me ha sido útil?. El cómo lo hago se refiere a la acción en sí, es la parte que se entrelaza con la técnica. Cada acción técnica tiene su repercusión táctica (o varias), en mi opinión, hablando de entrenamiento, resulta poco práctico descontenxtualizar la acción técnica, del proceso táctico.
La técnica se automatiza, no se piensa. De la misma manera en niveles altos, los grandes jugadores automatizan multitud de situaciones de juego, de manera que las decisiones que toman son prácticamente mecánicas, del tipo: "cuando la bola me viene con esta velocidad, con esta intención y en esta zona de la pista mi tiro de respuesta es siempre este". Los jugadores de alto nivel entonces son capaces de interiorizar patrones de juego, de tal manera que pasan de la percepción a la acción, prácticamente sin detenerse a reflexionar en las múltiples soluciones que tiene cada bola que juegan, directamente juegan la mejor solución que ya tienen entrenada y contrastada con su experiencia previa.
Un amigo entrenador me explicaba que Djokovic dedica treinta minutos antes de cada partido y entrenamiento a visualizar internamente multitud de secuencias tácticas de juego. Así cómo los grandes jugadores de ajedrez pueden anticipar hasta cien movimientos en función de su decisión, los grandes tenistas hacen los mismo. El ex-entrenador de David Ferrer, Javier Piles también da fe, en uno de sus artículos publicados para la ITF, que la mejora de su pupilo se basó en la automatización de patrones de juego.
La táctica, y la estrategia son variables del juego que influyen completamente en la globalidad del jugador. La automatización de patrones eficaces aporta confianza y certeza al jugador (mentalidad) y la solución ideal a cada situación de juego implica desempeño técnico. También el jugador desarrollará una estrategia o patrón en consonancia a su físico: los altos, fuertes y potentes suelen ser más directos que los bajitos y rápidos.
Para finalizar, una reflexión: en un juego donde importa tanto la mecanización de las decisiones adecuadas ¿qué espacio queda para la creatividad? Algunos entrenadores creen que es un lastre y que los jugadores talentosos a la larga son más desordenados. Para mi, creatividad y talento no pueden ser nunca un inconveniente, el reto estará en saber aprovecharlo.