Los hábitos de pensamiento que distinguen a los jugadores, las
pre-suposiciones que hacen sobre sí mismos o las creencias que limitan o potencian sus
aptitudes tienen una influencia directa sobre lo que es capaz de hacer o no un
tenista. Estos aspectos, que incluiríamos en la parte cognitiva del
entrenamiento invisible, son clave para rendimiento y aprendizaje de los
jugadores; el conocimiento de las
generalidades de dichos aspectos por parte de los entrenadores resulta importante,
ya que, a menos que no entendamos como
la gente aprende, no podemos enseñar.
El término creencia hace referencia a la pre-suposición como
cierta de cualquier enunciado o asunción. En deporte, dado la connotación religiosa
del término creencia, nos referiremos a hábitos
de pensamiento. Un hábito es algo que uno hace sin darse cuenta y, por lo
tanto, no se cuestiona y se repite constantemente. Estos pensamientos que se
fijan en nuestro inconsciente por repetición, nos llevan a actuar “como si”
fueran ciertos. No nos interesa conocer cuáles de nuestras creencias son
ciertas y cuáles no, ya que la realidad es una percepción subjetiva, sino
cuales nos empujan hacia nuestro objetivo y cuales nos impiden avanzar. Vemos
una relación de posibles ejemplos hábitos de pensamiento potenciadores del rendimiento frente a otros limitadores en
el deporte del tenis.
HÁBITOS DE PENSAMIENTO LIMITANTES
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HÁBITOS DE PENSAMIENTO POTENCIADORES
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Nunca mejorará mi revés por mucho que lo intente.
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Puedo perfeccionar todos mis golpes, en especial aquellos con mayor margen
de mejora.
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En los momentos importantes del partido juego por debajo de mi nivel.
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Cuanto más importante es el punto, más atento estoy de lo que sé
hacer bien.
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No puedo ganar porque mi rival tiene mas talento.
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Si juego mejor que mi rival, durante más tiempo, gano.
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Tengo que ganar porque mi rival tiene mucho menos talento que yo.
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Si mi rival juega mejor que yo, durante más tiempo, pierdo.
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No puedo jugar bien si sopla el viento, me desquicio.
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Si sopla el viento, estoy atento para aprovecharlo siempre a mi
favor.
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Siempre que empiezo mal, acabo mal.
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Si empiezo mal, es muy fácil acabar mejor.
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Mi rival intenta robarme pelotas para sacarme del partido.
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Cuando mi rival o árbitro toman una decisión, lo único que hago es
pensar en el siguiente punto.
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Con esta raqueta (o cordaje, o gorra o camiseta) no juego bien.
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Tengo habilidades y recursos para hacerlo bien, independientemente
del material.
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Este ejercicio del entrenamiento a mi no me ayuda.
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Cuanto más cosas pruebo en los entrenamientos más recursos tengo.
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Si juego agresivo y valiente, hago demasiados errores.
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Si juego agresivo y valiente provoco muchos errores en mi oponente.
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Un hábito de pensamiento me hace actuar “como si” algo fuera
cierto. ¿Cómo se obtendrá mejor rendimiento actuando como si en los momentos
importantes del partido bajara mi nivel, o como si cuanto más importante es el
punto más atento estoy de mis fortalezas y más seguro me siento? La respuesta
parece clara, pero póngalo a prueba. No obstante, el proceso de transformación de
una creencia limitante en potenciadora es algo más complejo que enunciar la
misma idea pero en positivo, existen varios métodos en función autores como el proceso
PAW de O’connor. Lo que si podemos hacer
es tomar consciencia y cuestionar-nos continuamente tanto nuestras propias creencias
como entrenadores como ayudar a explorar las creencias que limitan a los
jugadores. ¿Que podemos hacer?
- Evitar el uso de expresiones de obligación: DEBO…, TENGO…, ESTOY OBLIGADO… Mejor usar QUIERO, DESEO, PUEDO….
- Evitar la proyección al futuro de las experiencias y la generalización: NUNCA…, SIEMPRE…,
- Cuestionar las creencias con preguntas. Por ejemplo: Siempre que empiezo mal, acabo mal. ¿Recuerdas alguna vez que no fuera así? ¿Cómo lo hiciste? ¿Conoces alguien que pueda empezar mal y acabar bien?¿ Como crees que lo consigue?
- Mucho cuidado con lo que llamamos imposible. Si consideramos alguna cosa imposible, automáticamente tomaremos acción de manera coherente y no lo conseguiremos. Resulta totalmente cierta la cita de Henry Ford “Tanto si crees que puedes como si no, tienes razón”.
- La importancia del entorno para las creencias no basadas en la experiencia. Según Robert Dilts, existen los llamados “virus de pensamiento”, los cuales son hábitos de pensamiento que se incorporan directamente sin estar basados en la propia experiencia. Este punto es fundamental para la construcción del sistema de creencias potenciadoras y no limitantes en jóvenes jugadores, en los cuales influye mucho la opinión de la familia y entrenadores. Si la opinión de mis padres es que nunca llegaré ser lo suficientemente bueno, o mi entrenador me dice que soy mentalmente débil para jugar a tenis esto actuará como una profecía que se auto cumple por lo tanto… ¡mucha atención a la información que damos! Y mas vale hacer profecías potenciadoras…
Miqui Moreno